Ayer observaba la panorámica de Santiago desde el séptimo piso del edificio, mientras mi amiga era atendida en la consulta dental. Me di cuenta de lo horrible que se encuentra la calidad del aire de nuestra capital, pero más que pensar eso, observaba los edificios cercanos, y luego pasaba a los más lejanos. Siempre observo esto, odio y a la vez amo aquel maldito efecto que hacen las partículas en suspensión de "hacer desaparecer" los objetos a medida que se alejan de nuestra vista.
¿Qué es lo particular de esto? Bueno, al llegar a mi casa observé la imagen, y pensé rápidamente en mi, oh sí. Durante estos días (esta semana, especialmente) me ha tocado pensar mucho, sobre muchas cosas, una de ellas es el amor. En Diciembre del año pasado inicié una aventura, hice algo que nunca antes había hecho, y entré en la vida de alguien que en ese momento sólo me llamaba a atención. Me enamoré, hice cosas que nunca antes había hecho y sentí algo nunca antes sentido... Pasó el tiempo, y esta aventura jamás se concretó. Mi corazón recibió algo que hace mucho estuvo esperando: dolor. No fue hasta hace poco tiempo que la historia "terminó", pero lamentablemente el dolor aún continúa, muy en lo oculto de mi corazón. Han pasado muchos meses desde que comenzó todo, y a estas alturas trato de hacer mi vida de nuevo. Lamentablemente, ya no soy el mismo, y ahora enfrento por una crisis de inseguridad que no me permite avanzar más allá de un simple beso o saludo. En este momento me encuentro conociendo a alguien, y hasta ahora siento algo, pero es mi corazón destruido el que no me permite mirar más allá. A veces quiero dejar todo, olvidar que puedo volver a enamorarme, pero no, no quiero. La confusión me invade a cada momento, y sin embargo llego a la pequeña sensación de "sigue adelante". Espero que todo resulte, y logre reconstruir aquel sentimiento que por ahora se encuentra más que pisoteado y tirado en el suelo.